El modelo básico de crecimiento económico, conocido como modelo neoclásico, fue desarrollado por Solow (1956) y examina la evolución del producto de una economía de un sector que produce bienes usando dos factores de producción: capital y trabajo.
De acuerdo al modelo de Solow, la única fuente sostenida de crecimiento económico es el avance tecnológico, el que se define como la eficiencia con que el capital y el trabajo se combinan en la
producción. A medida que la tecnología avanza la relación funcional de los factores de producción cambia y es posible aumentar los niveles de producción usando las mismas cantidades de insumos, lo que permite sostener el crecimiento del producto per capita en el largo plazo.
Sin embargo, la estructura neoclásica básica no considera la fuerza primaria que conduce todas las actividades económicas: la energía. La energía proveniente de fuentes externas al hombre, como el petróleo, el carbón, el agua, entre otras, son consideradas en las cuentas nacionales solo como factores de producción intermedios, ignorando el hecho que la energía per se puede constituirse como un factor de producción.
Aún cuando ningún modelo teórico explica por completo el proceso de crecimiento económico incorporando la energía como factor primario de producción, existe una vasta literatura empírica que ha intentado examinar el rol de la energía en el crecimiento desde diferentes perspectivas. Algunos han analizado la relación de causalidad entre consumo energético y crecimiento económico. Otros, en tanto, han verificado la incidencia del nivel de precios de la energía en el producto interno bruto.
Tomado de:
Crecimiento Económico, Precios de la Energía e Innovación Tecnológica
Gonzalo F. Blümel†, Ricardo A. Espinoza‡, María de la Luz Domper† † Libertad y Desarrollo, Santiago, Chile.
‡ Facultad de Ingeniería, Universidad de los Andes, Santiago, Chile.
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Darwin Alvarado
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