martes, 14 de diciembre de 2010

DOS FUTUROS PARA VENEZUELA Susanne Gratius para Foreign Policy versión española

Después de las elecciones legislativas de septiembre, se vislumbran dos posibles panoramas políticos en Venezuela: más autoritarismo y polarización o el declive del chavismo y el surgimiento de una alternativa democrática.

Hasta las elecciones presidenciales quedan dos años en los que se decidirá el futuro del país. Puede ser una salida pacífica del poder por la vía electoral o que se produzca un enfrentamiento violento entre las dos Venezuelas. El deterioro del chavismo se podría  acelera por el caos administrativo, las tasas de homicidios más altas de Suramérica y una crisis económica sin precedentes. 

 Aumento de la tensión

Hasta que asuma la nueva Asamblea, en enero de 2011, el presidente venezolano puede reclamar una nueva ley habilitante para aprobar todo aquello que le queda pendiente desde su derrota electoral en el referéndum de diciembre de 2007. Con o sin legitimación democrática, Hugo Chávez crearía su propia República Bolivariana de Venezuela que coexistiría con la anterior. Su proyecto político representa una paulatina transición judicial de la democracia al autoritarismo. Ha aprendido la lección del ex presidente peruano Alberto Fujimori: no hace falta cerrar las instituciones democráticas, sino crear otras o transformarlas. Poco a poco Chávez está construyendo su propio país, que coexiste con la Venezuela de sus enemigos. En este país latinoamericano hay dos Estados: uno inhabilitado y el otro disfuncional. El líder venezolano intentará desactivar el nuevo Parlamento, que puede impedir sus iniciativas legislativas. Lo más probable es la creación de un Parlamento Comunal o "del pueblo", que ya está surgiendo en algunos municipios del país. Esto sería una copia de su estrategia contra la Alcaldía de Caracas del opositor Antonio Ledezma, que quedó inhabilitada al crearse la figura de Gobernador del distrito federal. También puede, en los próximos tres meses, convocar una Asamblea Constituyente para retomar las reformas planteadas en 2007 y proponer una nueva estructura institucional. Si el Presidente inhabilita esta Asamblea, aumentarán la polarización y el enfrentamiento que podrían desembocar en un escenario de conflicto político.

El fin de Chávez

Si el presidente venezolano permite que funcione el Parlamento nacido de las urnas, será el foro plural donde coincidirán diputados chavistas y de la oposición. Se podrían, por primera vez desde el referéndum de 2004, abrir espacios de diálogo que ayudaran a superar la extrema polarización. Contrario a la visión de Chávez, Venezuela es un país menos dividido políticamente que unos años atrás.

Según los estudios de Datanálisis, un 54% de los venezolanos se considera "ni-ni". Si estas encuestas son ciertas, la gran mayoría de los ciudadanos representa el centro político. Otra novedad es una oposición desde la izquierda y las filas del chavismo. Difícilmente, el presidente de Venezuela puede tachar esta oposición de "escuálidos", como mucho puede llamarlos "traidores". Asimismo, las elecciones legislativas confirmaron el declive del chavismo. Gracias a una ley electoral claramente discriminatoria, el Presidente mantiene la mayoría electoral, pero no el respaldo popular. Según Hinterlaces, un 64% de los entrevistados prefiere que Chávez deje el poder en 2012.

En estos dos años, la oposición podría ganar este espacio político, siempre y cuando logre mantener la unidad. Hasta las elecciones presidenciales, tienen que demostrar que puede ser una alternativa al país bolivariano de Chávez y construir una figura creíble capaz de crear un consenso entre las dos Venezuela.

 


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Darwin Alvarado
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